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Removal and Retention - Arts 3 and 12

The Court of Appeal admitted that in August 2008, the child might have first been abducted by the mother. However, it stressed that the father had had a year to complain of it. Yet not only had he not done so, but he had applied to a Portuguese court and not a French court.

The Court of Appeal added that he had then taken part in a negotiation resulting in a parental agreement concerning the child, which the Portuguese court had approved. The Court of Appeal deduced that the father had thereby "unequivocally expressed his acceptance of the Portuguese court". Yet in the summer of 2010, the child was actually in the mother's custody in Portugal. The retention was therefore unlawful action justifying proceedings for immediate return.

Grave Risk - Art. 13(1)(b)

The father, on an accessory basis, claimed that the child complained of its living conditions in Portugal (malnutrition, lack of hygiene, and neglect), and objected to its return. The Court of Appeal observed that it was up to the Portuguese courts to determine who was best suited to provide the child's day-to-day care.

It stated that Portugal, in addition, had "appropriate facilities and infrastructure to monitor children living on its territory, and the father could perform any such report" as he might see fit. His fears, which were in fact unsupported, "could not constitute the risk required by Article 13" and there was no reason to believe that the child's situation would be intolerable in the event of return.

Procedural Matters

The father applied for the child to be interviewed and psychologically examined. As regards the interview, the Court of Appeal found that the child was aged almost 7, but "lacked the understanding required for its interview to be useful, even if performed by a specialist".

As regards the psychological examination, the Court of Appeal found it pointless having regard to the child's limited understanding. It further pointed out that the issue was not whether the father took good care of the child, but which court should try the dispute.

Author of the summary: Aude Fiorini

Déplacement et non-retour - art. 3 et 12

La Cour reconnut qu'il était possible qu'en août 2008 l'enfant eût fait l'objet d'un premier enlèvement par sa mère. Toutefois elle souligna que le père avait disposé d'un délai d'un an pour s'en plaindre. Or non seulement il ne l'avait pas fait mais il avait saisi un tribunal portugais et non pas un tribunal français.

La Cour ajouta qu'il avait ensuite participé à une négociation ayant mené à un accord parental concernant l'enfant, accord entériné par la juridiction portugaise. La Cour en conclut que le père avait ainsi « manifesté sans équivoque son acceptation de la juridiction portugaise ». Or, à l'été 2010, la garde de l'enfant était effectivement assurée par la mère au Portugal. Le non-retour s'analysait donc en une voie de fait justifiant une procédure de retour immédiat.

Risque grave - art. 13(1)(b)

Le père faisait subsidiairement valoir que l'enfant se plaignait de ses conditions de vie au Portugal (sous alimentation, manque d'hygiène et délaissement) et qu'il s'opposait à son retour. La Cour observa qu'il appartenait au juge portugais de déterminer qui était le mieux à même de s'occuper de l'enfant au quotidien.

Elle indiqua que le Portugal disposait en outre des « équipements et infrastructures utiles au suivi des enfants résidant sur son territoire et le père pouvait effectuer tous les signalements » qu'il estimait opportuns. Ses craintes, d'ailleurs non étayées, « ne pouvaient constituer le risque exigé par l'article 13 » et rien ne permettait d'imaginer que la situation de l'enfant serait intolérable en cas de retour.

Questions procédurales

Le père demandait l'audition et l'expertise psychologique de l'enfant. S'agissant de l'audition, la Cour constata que l'enfant était âgé de presque 7 ans mais qu'il « manquait du discernement nécessaire à l'utilité de son audition, même si celle-ci était pratiquée par un spécialiste ».

S'agissant de l'expertise psychologique, la Cour l'estima sans intérêt eu égard à la faible capacité de discernement de l'enfant. La Cour souligna en outre que la question posée n'était pas celle de savoir si le père s'occupait bien de l'enfant mais celle de savoir quel juge devait connaître du litige.

Auteur du résumé: Aude Fiorini

El caso versa sobre un niño nacido en 2004 de padres portugueses que, desde 2003, vivían juntos en Francia. En agosto de 2008, durante las vacaciones familiares en Portugal, los padres se pelearon y se separaron. El padre regresó solo a Francia y la madre y el niño permanecieron en Portugal. El padre interpuso una demanda ante un tribunal portugués que, en julio de 2010, adjudicó la residencia del niño a la madre y estableció las condiciones del derecho de visita del padre.                                                             

En agosto de 2010, durante el ejercicio de este derecho en Francia, el padre se negó a devolver al niño a Portugal y presentó una demanda ante un tribunal francés para obtener la residencia del niño. La madre solicitó la restitución del niño. El 8 de febrero de 2011, se ordenó la restitución del niño a Portugal. El padre apeló dicha resolución. 

Apelación desestimada y restitución ordenada. El traslado fue ilícito y no era aplicable ninguna de las excepciones planteadas.    

Traslado y retención - arts. 3 y 12

El Tribunal de Apelación admitió que, en agosto de 2008, el niño podría haber sido sustraído por primera vez por la madre. Sin embargo, subrayó que el padre había tenido un año para denunciar la situación. Pero no solo no lo había hecho, sino que había acudido a un tribunal portugués en lugar de a uno francés. 

El Tribunal de Apelación añadió que entonces el padre había participado en una negociación que dio lugar a un acuerdo parental sobre el niño, que fuera aprobado por el tribunal portugués. El Tribunal de Apelación dedujo que el padre había expresado así "inequívocamente su aceptación del tribunal portugués". Sin embargo, en el verano de 2010, el niño estaba, de hecho, bajo la custodia de la madre en Portugal. Por lo tanto, la retención era una acción ilícita que justificaba un procedimiento de restitución inmediata. 

Grave riesgo - art. 13(1)(b)

El padre alegó, adicionalmente, que el niño se quejaba de sus condiciones de vida en Portugal (desnutrición, falta de higiene y abandono), y se opuso a la restitución. El Tribunal de Apelación observó que correspondía a los tribunales portugueses determinar quién era el más adecuado para ocuparse del cuidado diario del niño.           

Afirmó que Portugal, además, disponía de "instalaciones e infraestructuras adecuadas para vigilar a los niños que viven en su territorio, y el padre podía realizar cualquier informe de este tipo" según considerara oportuno. Sus temores, que en realidad carecían de fundamento, "no podían constituir el riesgo exigido por el artículo 13" y no había ninguna razón para creer que la situación del niño sería intolerable en caso de retorno. 

Cuestiones procesales

El padre solicitó que el niño fuera entrevistado y examinado psicológicamente. Por lo que respecta a la entrevista, el Tribunal de Apelación consideró que el niño tenía casi 7 años, pero "carecía de la comprensión necesaria para que su entrevista fuera útil, incluso si la realizaba un especialista". 

En cuanto al examen psicológico, el Tribunal de Apelación lo consideró inútil teniendo en cuenta la escasa comprensión del niño. Además, señaló que la cuestión no era si el padre cuidaba bien del niño, sino qué tribunal debía entender en la disputa. ​ 

Autora: Aude Fiorini